Un deseo personal con el sello en un principio fue abarcar lo más posible, sobre todo en lo que se refería a punk y sonidos afines dentro del territorio sudamericano. Había mucha ansia de trabajar junto a Zat (Santiago, Chile) y ya había tenido la oportunidad de lanzar un 7” de Quiebre (Concepción, Chile) que hasta el día de hoy me encanta. Nos faltaba una banda y lo de Campbell Trio (Porto Alegre, Brasil) también surgió de un viejo anhelo de trabajar con ellos luego de su EP debut “Sings the Blues” que nos dejó locos a varios en el cono sur nada más salió. Si bien Quiebre y Campbell Trio destilan sonidos más familiares dentro del universo hardcore punk, cada banda aporta mucha personalidad a este disco compartido.

Quiebre encuentra un punto de intersección entre el energético sonido hardcore noventero de Snapcase, y la melodía y el frenetismo de Hot Cross o Touché Amoré. Si el foco en el EP debut estaba principalmente dedicado a la urgencia, en estas 4 canciones hay mucha más atención a las melodías y en cómo dialogan con lo rítmico y la voz; desde ese punto de vista es un gran puñado de canciones que sirven para aportar al legado de una banda que lamentablemente duró muy poco para consolidarse. Campbell Trio se apunta a una lista no pequeña de bandas que brilla tanto por la calidad musical como por su poca exuberancia discográfica. Pese a ello, nos regalaron éstas 4 canciones que demuestran por qué cuentan con una fanaticada increíblemente fiel que, entre otras cosas, les financió una grabación y la posterior edición de su único larga duración, ‘///’ en 2021. Lo de ellos es un post-hardcore angular con diversos cambios de ritmo, voces melódicas con la ocasional aspereza, guitarras melódicas y un bajo entre punzante y complementario al resto de las cuerdas. Sólo el tiempo dirá si Campbell Trio se trae algo más bajo la manga.

Zat es definitivamente la banda más libre y singular del split con un sonido que más allá del emo, toma nota de estilos a simple vista dispares como el post rock y el post punk, algo a medio camino entre Paul Newmann y Gang of Four por ejemplo, con guitarras tan elegantes como violentas a ratos y una potencia y versatilidad envidiable en lo rítmico. Lo que hace la diferencia para mí en la música que aprecio son las transiciones musicales y aquí están desplegadas con gran soltura, se hacen paso de manera fluída, llevándonos por un viaje entre lo sutil, lo inquieto, lo agresivo y en momentos hasta lo hímnico (‘Amaranto’). ZAT es una banda de gente ya madura pero que hasta en sus momentos más calmos, carga con una urgencia encomiable.

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